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Cueva del Tinterillo Una "aventura" en la Sierra del Torcal . Antequera (Málaga)  Carmen Rosa Aguayo .. S ubimos en el coche a la Sierra un grupo De siete amigos. Era reducido pero bueno. El tiempo estaba rebelde, anunciaba lluvia abundante, se veía algo más claro aquí, en el pueblo, pero negro y espeso en la Sierra. Comenzamos la marcha despacito, disfrutando de la compañía. La niebla nos animó a dirigirnos hacia la Casilla de los pastores, una cabaña hecha de piedra bajo una gran hendidura de roca. Allí desayunaríamos resguardados de la lluvia, que no era intensa pero sí constante. Al pasar por el “Tintero”, alguien propuso entrar a la cueva. Fue tan tremendo que no pudimos sino reírnos. Entramos primero las mujeres, Rocío y yo, con Joaquín. La entrada hay que conocerla porque apenas si se ve de pequeña. Es una sima como otras tantas del Torcal, de manera que el acceso es muy vertical y difícil. Estaba todo lleno de agua y de barro muy resbaladizo. Joaquín sol
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Antequera la bella: momentos de luz Camino de Las Arquillas  Fotos de María Dolores García Cerro de la Cruz   Foto de Carmen Rosa El Torcal ¿Me preguntas por el Torcal? pincha aquí luego busca Andalucía y allí,  Relatos y poemas de El Torcal por Carmen Rosa Aguayo Fotos de Manuel Benítez
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¡Bienvenidas, bienvenidos!  Con un nuevo empuje, retomamos el blog.   ¡Gracias por vuestro interés y apoyo!

Cuento: Lula y Hada Reflejo-1

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LULA Y HADA REFLEJO Un cuento de Carmen Rosa Aguayo  (Parte 1)           Había una vez una niña que vivía en una casita del claro del bosque. Era alegre y divertida. Sus papás la querían mucho y la cuidaban muy bien. Un día que se estaba bañando en la poza del arroyo, se fijó en el sauce, que estaba dentro del mismo cauce. Vio un pajarito posado en una rama. Éste, saltó al viejo chopo, que estaba en la orilla y finalmente, voló hacia un olmo. Unas crías lo esperaban en el nido de aquel cálido árbol, un poco apartado. Lula, que así se llamaba la niña, salió de la poza, se calzó y se acercó al árbol. El nido estaba alto pero ella sabía trepar muy bien. Trepó, se asomó con mucho cuidado, para no molestar a las crías y ¡oh, sorpresa!, dentro del nido, ¡había un huevo de oro! -¡Cómo brilla! -exclamó. Lo cogió con cuidado y lo guardó en su bolsillo. Ya en su casa, buscó una cestita de mimbre, le puso un pañuelo suave y lo colocó bajo la lámpara. Sería su tesoro. No se lo

Cuento: Lula y Hada Reflejo-2

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Lula y Hada Reflejo-2 Un cuento de Carmen Rosa -¿Y tú cómo lo sabes? -Yo soy La Maga del Bosque. Los habitantes del bosque te queremos ayudar. El hada Reflejo será tu guía. Con ella descubrirás qué te ocurre. -¡Anda! -dijo el hada, -pero, ¡si yo no sé cómo hacerlo! Ahora, la Maga se dirigió a ésta: -Piensa en tu nombre y encontrarás la clave -dijo -igual que conocías tu nombre al nacer, conocerás en cada momento como ayudar a Lula, la niña de los sueños tristes. Y dicho esto, la Maga del Bosque se rodeó de un halo de luz y desapareció caminando por donde se perdía el río. Luego, una mariposa blanca revoloteó mientras soplaba un viento suave. Lula y Hada Reflejo regresaron contentas por aquella magia, pero preocupadas porque debían descifrar el secreto de los sueños tristes. -¡Ya lo tengo! -dijo Hada Reflejo -esta noche cuando te quedes dormida, te observaré muy de cerca y miraré tu sueño. -¡Vale! -dijo Lula -así sabremos de donde vienen

Cuento: Lula y Hada Reflejo-3

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Lula y Hada Reflejo-3 Un cuento de Carmen Rosa Y así fue , tras un rato de espera, una bola de luz apareció por el arroyo y se acercó a ellas. -¿A qué vienen esas voces? -dijo la maga. Lula y Hada le explicaron lo ocurrido con los duendes y le preguntaron si ella podría ayudarles. -Sí -contestó. -Decidle a los duendes que deben buscar en un lugar muy cercano, que está escondido y es luminoso. Allí encontrarán la respuesta a su pregunta. -¿Sabrán dónde se encuentran sus hijos si buscan en ese lugar? -preguntó Lula. -Sí. Así es -dijo la maga. -Y ¿dónde se encuentra ese lugar? -Eso deben averiguarlo ellos. Y dicho esto, la Maga de Bosque se retiró iluminando el sendero. Lula se quedó pensativa. -Un lugar cercano, escondido y luminoso... ¿Dónde estará ese lugar? Esa noche, la niña y el hada, transmitieron a los duendes el mensaje de la Maga. -No sé dónde puede estar ese lugar -dijo uno de ellos, tras escucharlas. -Tal vez junto a la chimenea, pues está ce